Carné de conducir

Como sabéis, sacarse el carné de conducir puede ser una experiencia inolvidable tanto en el sentido positivo y negativo.

Mi dolor ha ido incrementándose durante estos 7 años y antes era capaz de hacer cosas que ahora son inimaginables.

Cuando tenía 17 años, por motivos de falta de transporte añadiendo a que las motocicletas siempre me han gustado, decidí sacarme el carné de la moto 125cc. Pero a esa edad ya me habían operado 3 veces, si no recuerdo mal. Mi mayor temor era que la pierna no tuviera la fuerza suficiente para aguantar la motocicleta en el caso de que mi equilibrio fallaba. 

En la autoescuela me ayudaron mucho. Además, en ese momento el dolor era bastante soportable. Solo me hacía cojear algunos días, pero no sabía si sería capaz de sacarme el carné de conducir.

Lo aprobé a la primera y mis padres me regalaron la misma moto con la que hice las prácticas. En dos años aproximadamente hice 15000km. Era una motocicleta de segunda mano, pero estaba completamente nueva.

En ese momento estaba en bachillerato y era mi vía de escape. No tenía muchas amistades y salir de excursión con ella era mi forma de distraerme. 

Pero poco a poco el dolor iba aumentando y era más difícil conducirla. Así que decidí no poner en peligro a nadie y no subir más a la moto. Me entristeció muchísimo, pero comprendí que el dolor seguiría conmigo y solo quedaba adaptarme.

Si recordáis en el post de Entrar en Medicina, os conté que hice un año de un grado superior. Era de Imagen para el diagnóstico y tenía que desplazarme a la ciudad.

En ese momento, vimos que la mejor opción era que me sacara el coche y fuera cada día a la ciudad. El dolor iba incrementando y hasta tuvieron que operarme ese año. La solución era hacer paradas cuando el dolor era muy intenso. Lo único que debía hacer era levantarme más pronto por si debía dejar el coche en un camino al lado de la carretera para descansar.

Me levantaba a las 6 de la mañana. En sí, era una hora de camino, pero con las paradas tardaba más. Y no hablemos de si encontraba atascos.

Así que me matriculé en la autoescuela. Pero había un problema. Solo tenía unas semanas para prepararlo, ya que el curso empezaba y lo tenía que aprobar sí o sí porque si no, no podría ir al instituto a estudiar.

Y os preguntaréis: ¿por qué no alquilaste un piso o una habitación en una residencia de estudiantes? Pues realmente no lo sé. La idea no apareció en ninguno de nosotros.

Pero ¿cómo conseguí sacarme el carné cuando implicaba que tenía que estar entre 4 o 5 horas en el coche? En ese momento cada vez cojeaba más, pero mi temor era menor si lo comparamos con el de la motocicleta.

Lo esencial fue decir a mi profesor que no podía estar sentada todas las horas de prácticas de los demás. Hablamos sobre ello y dijo que, durante cada cambio de alumno, descansaríamos todos un poco.

Así, cuando nos cambiábamos, salía del coche, caminaba y estiraba un poco la pierna.

Al principio, el dolor disminuía un poco estirando el glúteo. Estando de pie lo que hacía era intentar llegar con la mano derecha al pie derecho. Como supondréis, no llegaba ni de lejos, pero al menos me calmaba un poco el dolor.

Además, durante las prácticas, si me dolía demasiado, lo que hacíamos era parar el tiempo mío y pasaba otro compañero a hacer su clase. Cuando estaba mejor, continuábamos el resto de clase que quedaba.

Como veis, de un carné al otro empeoré. Y desde que me saqué el de coche he empeorado aún más.

Actualmente, puedo conducir, pero hay que ser previsor. Estoy mirando a ver si podría hacer una adaptación en el coche homologada. Sería poner una palanca para controlar el acelerador y el freno con la mano. No sustituiría el del coche, sino que me interesaría hacer un doble circuito. Así, solo lo utilizaría en caso de que no pudiera y, además, mi familia podría seguir utilizando el coche.

El coche es la forma en la que me muevo. Hasta para ir a la universidad lo necesito, ya que la línea de autobús queda lejos.

Realmente es mi forma de libertad. La forma en la que puedo ir a dar una vuelta e incluso mi refugio entre clase y clase para estar tumbada.

Hay que especificar que la fuerza de la pierna no la he perdido. Por eso, consideran que aún puedo seguir conduciendo.

Espero que paséis una buena semana,

Mi Dolor Crónico.

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