Entrar en Medicina

Entrar en la carrera de Medicina en España es muy complicado. Sí que es verdad que hay diferentes vías para acceder, pero realmente no hay una más fácil que otra desde mi punto de vista. Todo depende de la situación en la que te encuentres.

Siempre había querido estudiar Medicina, pero hasta que no me operaron la primera vez no lo tuve claro.

Cuando mi hermana era pequeña, era una persona que solía caer a menudo. Normalmente, presenciaba esas caídas y me afectaba bastante. En ese momento, no sabía si era la propia sangre que me afectaba o era porque se trataba de mi hermana. Lo que sí sabía es que cada vez que pasaba me quedaba en shock.

Por tanto, cuando acabé 3º de la ESO, escogí la modalidad en la que podría cambiar en un futuro si al final me decantara al 100% por Medicina.

En ese momento, pensaba que no era capaz de ver sangre, pero aún tenía muchas ganas de estudiar Medicina. Por tanto, escogí la rama científico-tecnológico para poder aplazar la decisión en el próximo curso y no en ese, que ya era bastante la presión de tener que cambiar de instituto.

Como sabéis, en 4º de la ESO fue cuando me operaron por primera vez. Bueno, en ese año fueron dos cirugías. En una de ellas, la herida postoperatoria fue abierta. La intención es que cerrara sola, desde abajo hacia arriba evitando que cerrara en falso.

La herida tardó 3 meses aproximadamente en cerrar. Iba a curas tres veces a la semana, pero entre cura y cura tenía que curármelo yo.

Hasta recuerdo que algunas amigas de la clase me ayudaban a curármelo en el baño del instituto. Sí, sé que no es un lugar muy higiénico para realizar una cura. Por eso, en esa situación necesitaba a otras personas que sujetaran los objetos y me ayudaran a que no entrara nadie en el baño. Menos mal de ellas.

Cuando me levantaba de la silla, hasta miraban si había manchado los pantalones. Siempre tenía que ir con una muda, porque en cualquier momento la herida supuraba más y manchaba la ropa.

Sí, era una herida muy grande. Al principio, cabía un puño de una mano normal. Pero dentro de lo que cabe, menos mal que pasé por ello, porque gracias a ello vi que no me afectaba el hecho de ver heridas o sangre y llegué a una conclusión. No eran las heridas, ni la sangre. Me afectaba por el propio hecho de que era mi hermana.

Por tanto, no dudé en cambiarme de modalidad y en 1º de bachillerato pasé a la modalidad de ciencias de la salud.

En el período de bachillerato, me operaron otra vez. Intenté conseguir las máximas cualificaciones a pesar de no estar en las mejores condiciones, pero no fue suficiente.

La nota de Bachillerato era buena, pero comparando con las notas de corte de mi promoción pasada. Fui a selectividad, y ese 9 no bastó.

Me desanimé bastante, pero durante ese verano intenté buscar una salida para conseguir entrar. Fui a septiembre para subir de las asignaturas específicas y conseguí pasar de un 11’8 a un 12. Pero sabía que no era suficiente. Así que decidí hacer un grado superior para ver si podía entrar por esa vía. 


Como expliqué en el post sobre dermatilomanía, no conseguí la nota que necesitaba en el primer curso. Saqué de media un 8; pero sabía que siendo más difícil segundo, era casi imposible conseguirlo con mi situación de salud.

Durante el verano lo pasé muy mal. No sabía si dejar de perseguir mi sueño o trabajar o seguir intentándolo. O hacer una combinación.

Al final opté por seguir intentándolo. Pero mi plan fue el siguiente. Me puse a trabajar a tiempo parcial en un estanco donde me acogieron como si fuera parte de una familia. Además, aproveché para sacarme el título de inglés para así ya tenerlo en un futuro. Y sí, me puse a tope con la asignatura específica de bioquímica. Había sacado un 8 en selectividad y pensé que era la mejor opción para conseguir la nota de corte de 12.2. tenía que sacar un 9.5 o un 10.

Aun estando bajo presión porque era la última oportunidad que considerábamos, fue un año que repetiría. Conocí a personas maravillosas tanto en el trabajo como en la escuela de idiomas.

Y al final lo conseguí. Con la ayuda de una profesora de bioquímica que me ayudó a conseguir mi máximo rendimiento, conseguí el 12.2.

Pero con esa nota, no sabía si entraría o no. En los años anteriores sí que hubiera sido suficiente, pero en la última década cada año habían ido aumentando.

Me llamaron en la tercera lista. Al final lo había conseguido. ¡La verdad que no me lo creía!

Aunque hubiera sido mejor entrar de primeras, creo que esta experiencia me ha enriquecido como persona. Y no me arrepiento para nada de haber seguido luchando para entrar.

Muchas personas me decían que abandonase, que realmente no valía la pena porque perdía años. Pero intenté que esos comentarios no me afectasen, porque era mi futuro.

Espero que paséis una buena semana,

Mi Dolor Crónico.

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