Mi "nueva normalidad"
Vivo en una zona turística y solo salgo por motivos necesarios. Creo que estamos volviendo de forma muy rápida a la nueva “normalidad”, por lo menos en mi zona. Además, cuando salgo, o sea por motivos médicos o para ir al supermercado, siento cierto remordimiento. Remordimiento por todas las personas que han sido víctimas de una manera u otra del COVID.
Supongo que a los demás pacientes con dolor crónico les está costando volver a esta “normalidad”. Personalmente, he perdido mucha movilidad y me está costando mantener el equilibrio cuando he estado durante mucho tiempo de pie. Se nota que he perdido mucha masa muscular en la pierna donde tengo el dolor crónico y se tratará de ir recuperándola poco a poco.
Pero hay pocas personas que comprendan que necesito recuperarla a mi ritmo. Preguntas como ¿vienes a la playa?, ¿vienes a caminar? y hasta ¿vienes a correr? me agotan. Sobre todo porque no puedo correr desde hace 7 años y caminar, bueno, depende a lo que te refieras. La verdad que me tendríais que ver caminar. La gente siempre se queda mirando a ver “dónde tengo el problema”. Cuando voy acompañada normalmente mis acompañantes se enfadan, pero yo ya miro hacia abajo. Me basta con no tropezar como para ver si me están mirando o no.
Y entiendo que se queden mirando a ver "dónde tiene el problema" porque a simple vista no se ve. Estando en la zona glútea no ven ninguna cicatriz ni nada ya que los pantalones tapan la zona. Sería distinto si tuviera un yeso en la pierna, por ejemplo. Si te fijas mucho lo que se ve es que en la zona los pantalones quedan más anchos, pero nada más.
Y entiendo que se queden mirando a ver "dónde tiene el problema" porque a simple vista no se ve. Estando en la zona glútea no ven ninguna cicatriz ni nada ya que los pantalones tapan la zona. Sería distinto si tuviera un yeso en la pierna, por ejemplo. Si te fijas mucho lo que se ve es que en la zona los pantalones quedan más anchos, pero nada más.
Volviendo a lo que decía. Creo que es muy necesario transmitir a nuestro entorno que necesitamos nuestro espacio y tiempo para volver a ser los que éramos antes del confinamiento. ¿Qué va a costar? Sí, y mucho. Pero considero que ir a nuestro ritmo, sin estresarnos, favorecerá que mejoremos. Y realmente hay profesionales que creen que es la mejor conducta.
Este viernes pasado fui a una doctora, por ejemplo. Ya traía las muletas porque sabía que tendría que caminar un buen tramo hasta llegar a la consulta. Además, cuando te llaman para entrar, si tengo que caminar a mi ritmo la doctora casi podría acampar e ir a dar un paseo. Así, con las muletas voy al ritmo normal de las otras personas. Pero, por ejemplo, el mismo día y el siguiente estuve bastante mal. Ya no solo por el dolor en sí, sino por el propio cansancio del esfuerzo de haber ido.
Y hay personas que me dicen: “pues, ve a caminar”. Yo no sé si os pasa, pero si tengo un objetivo como ir al médico o ir a comprar, pienso en el objetivo y no en el hecho de caminar. Y realmente camino más que si lo hiciera por el simple hecho de hacer ejercicio. ¿Por qué? Porque si estoy sola en medio del supermercado no me queda otra opción que seguir caminando para volver a casa. Eso sí, empecé yendo a supermercados pequeñitos y ahora ya voy a supermercados más o menos grandes. Todo con moderación y sentido común.
Realmente hay pocas personas que entiendan que necesitamos mayor tiempo para volver a la supuesta “normalidad”. Pero ellos mismos afirman que les está costando.
Mi objetivo es que si volvemos a la universidad en septiembre, pueda ir por mi propio pie a clase y aguantar sentada el mismo tiempo que aguantaba antes. Es lo único que pido. Y sí, voy a luchar por ello aunque sea a un ritmo menor.
Como me comentaron unos profesores hace tiempo, el mundo va muy rápido. Pero me hicieron reflexionar a ver si el ritmo del mundo era el correcto. Me hicieron ver que si con mi situación tenía que estudiar poco a poco, con menos asignaturas y tardar más años, que no pasaba nada. ¿Qué es un ritmo más lento? Sí, pero no por ello el incorrecto. La verdad que me sorprendió, porque no lo había pensado. Y ha resultado que mis resultados académicos han mejorado. Y no solo los resultados, sino que he disfrutado más de las asignaturas y de la carrera que realmente es lo más importante para mí. Porque con tanto estrés para poder seguir el ritmo de los demás no disfrutaba de las asignaturas como realmente quería. Y eso me sulfuraba y siempre acababa enfadándome conmigo misma.
Como dice mi abuela: “piano, piano”. Y ya se verá. Pero lo más importante es disfrutar todo lo que se pueda, que ya son suficientes las dificultades que nos van apareciendo día a día como par complicarnos más la vida.
Como teoría está muy bien, pero llevarlo a cabo es más difícil. Pero que por intentarlo no quede.
Deseo que tengáis una bonita semana,
Mi Dolor Crónico.
![]() |
"La dirección es más importante que la velocidad". Anónimo |
Comentarios
Publicar un comentario